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PROCESOS ARTÍSTICOS COLECTIVOS EN EMERGENCIA


LA COCINA PÚBLICA, TEATRO CONTAINER

ALTO LOS MORÁN / PEÑABLANCA 2017




Introducción


Tras los incendios ocurridos a principios de 2017 en múltiples comunas del centro sur de Chile, el Consejo de la Cultura y las Artes, a través del gabinete del ministro, nos solicita desarrollar una propuesta vinculada a nuestro trabajo “Cocina Pública”.

La propuesta enviada planteaba como objetivo principal el “Contribuir a la recuperación emocional de las comunidades afectadas por el incendio, a través del encuentro social y la acción artística colectiva”, contemplando tres etapas de trabajo para ser ejecutadas durante 6 meses. La primera etapa de “Diagnóstico” consistía en la realización de una “Cocina Pública” con la residencia del equipo durante una semana para el levantamiento de información sobre el lugar y sus habitantes. La segunda etapa “Implementación” contemplaba la realización de acciones desde diversas disciplinas artísticas, discusiones sobre identidad social y territorial y la implementación de un espacio que albergaría a las vecinas y vecinos motivados con la acción artístico cultural como motor para la recuperación de su comunidad. Finalmente en la tercera y última etapa, se capacitaría la gestión local para la administración del espacio, se invitaría a un colectivo artístico de la región a realizar una residencia y se le otorgaría un pequeño presupuesto a la comunidad para que los mismos habitantes programaran artistas en su espacio.

Mediante los Consejos Regionales de las regiones de El Maule y Libertador Bernardo Ohiggins, se focalizó el trabajo en las localidades de Alto Los Morán, comuna de Constitución y Peña Blanca, comuna de Pumanque. Sin embargo, por motivos presupuestarios ajenos a nuestra voluntad, finalmente se nos invitó a realizar las etapas 1 y 2 a Los Morán y 1 a Peñablanca.

En el presente documento damos cuenta de las acciones realizadas y compartimos las reflexiones suscitadas.


Procesos de creación colectiva en emergencia.


La emergencia en un territorio que ha sufrido una catástrofe es evidente, es urgente para la opinión pública. Innumerables personas y millones de pesos se mueven rápido, casi histéricos, en iniciativas de ayuda. Ropas, comida, mediaguas, dulces, estudiantes, médicos, obreros, psicólogos, voluntarios. La catarsis solidaria dura unas semanas. Resueltas las necesidades más básicas, los voluntarios se van. Las soluciones gubernamentales parecen eternas en el día a día, pues no vinculan a los habitantes. La gente de manos atadas se queda esperando. Los productos se quedan por cientos en bodegas, piezas, baños, maleteros de auto.


La emergencia social y cultural en nuestro país no es evidente para la opinión pública. Subyace bajo el maquillaje televisivo que nos unifica. No es visible, no es urgente. En cada localidad se duermen prácticas y saberes a diario. En cada habitante se olvidan prácticas y saberes a diario. Invisibles en un cotidiano no reconocido, las personas y sus prácticas locales, viven en vías de extinción. Tan olvidadas, ninguneadas y desconocidas por el gran público, las personas con sus memorias y los pueblos con sus historias, que a veces pareciera que sus mismos habitantes ignoran lo que saben.


Ante cada catástrofe la humanidad se resiente y el mercado se fortalece tarjetas de multitiendas, ,subsidios de arriendo, bonos y licitaciones se multiplican como callampas después del temporal. Los habitantes golpeados llenan fichas sitiados por decenas de camionetas con ayuda material.

Desaparecen fotos, huertos, patios, cartas, casas, plazas, escuelas, esquinas, recuerdos.

Reaparece el silencio más silencioso que antes.


En ese contexto nos situamos al asumir la propuesta de desarrollar un proceso de creación colectiva en lugares afectados por el mega incendio sucedido. En medio de ese silencio rondando llegamos con el container de cocina pública. Un container con oídos y micrófonos para escuchar, cocina y radio para conversar y un taller de reciclaje textil para hacer juntos. Un dispositivo preparado para despertar encuentros, reconocer saberes y compartir experiencias de manera temporal. No definitiva. Un dispositivo que pese a su versatilidad y capacidad de implicarse en el territorio depende del elenco para que funcione. Una performance. Un montaje capaz de abrir un proceso de arte colectivo, no de establecerlo.


Un territorio post catástrofe habita la desilusión, por lo que proponer un proceso de creación comunitario es algo complejo. Se trata de intentar movilizar, desplazar el estado de ánimo imperante hacia un lugar donde sea posible volver a imaginar personal y colectivamente, pues para crear se debe creer. Aquí es donde el arte se cuela en la vida y los campos disciplinares de las ciencias sociales y la estética se encuentran. Metodologías para la puesta en escena, principios para la actuación e ideas sobre el arte dialogan con problemáticas de trabajo social, principios para la educación y metodologías de investigación sociológicas. Pues quien participa es un actor real y definitivo de su barrio y las relaciones que vive con otros participantes forman parte del tejido de relaciones sociales de la comunidad, del pueblo.


Acciones Realizadas


Alto Los Morán, Constitución, El Maule.


Etapa 1


Cocina Pública

Llegamos junto con el contenedor una semana antes de la presentación de Cocina Pública. El espacio abierto se vuelve un hogar apenas la leña arde en la cocina. Comenzamos los puerta a puerta, invitamos a los vecinos a acercarse. Las máquinas de coser empiezan a funcionar cautivando el interés de mujeres y niños.


Entrevistas a vecinas y vecinos

Mientras la cocina va tomando vida, los colegas de Museo Temporal van por las casas entrevistando a vecinos mayores, armándose una idea general de los orígenes del pueblo.


La Radio como estrategia de difusión

Durante la semana nos percatamos de que no hay ninguna radio sintonizable en el pueblo. Antes del incendio había una radio en la escuela de Santa Olga, a menos de un km. Utilizando un dispositivo de radio difusión para aficionados comenzamos a transmitir en la 99.9 para convocar a la Cocina Pública. Dejamos radios a pila en los dos almacenes. Poco a poco se va corriendo la voz.


Primer encuentro colectivo. Cocina Pública Alto Los Morán

Pese a la desilusión y la división que aqueja a los vecinos, más de 80 personas asisten al espectáculo. Ahí conocemos a Don Segundo quien canta más de una ranchera y nos deleitamos con un ceviche de changles (hongos silvestres de la zona), Porotitos con longaniza y un rico postre. Compartimos un grato momento juntos, conversamos un poco sobre lo acontecido. Presentamos relatos registrados durante la semana e intentamos instar a los vecinos a organizarse. La gente está golpeada, dividida, agradecida de la instancia pero con poca confianza en ellos como comunidad. Asisten representantes del CRCA El Maule, quienes constatan la realidad territorial.


Etapa 2


Taller de reciclaje textil

Fin de semana por medio, se realiza el taller que reutiliza kilos de ropa desechada. Tras la oleada de ayuda siempre sobra ropa y se vuelve un problema sanitario. Estuches, pantuflas, bolsas, callampas de peluche y un sin número de diseños son realizados por los participantes. El taller no funciona en un horario determinado pues las vecinas viven un día a día inestable. Nos instalamos y estamos todo el día en el contenedor. Por lo general los niños llegan en la mañana, las señoras en la tarde.


Investigación memoria local

Semana por medio, intercalado con el taller de reciclaje textil, el colectivo museo temporal trabaja investigando memorias locales con los niños. Se le encargan entrevistas a los participantes, quienes graban las respuestas de sus padres y abuelas a las preguntas que éstos formulan.

Nos enteramos por esta vía de la formación de Santa Olga tras la persecusión el año 74 de los trabajadores del Complejo maderero de Panguipulli. Por otro lado la última de los Morán cuenta cuando el sector era agrícola y solo vivía su familia, sin plantaciones de pino. De los juicios entre su familia y las madereras que usurparon sus tierras corriendo el cerco. De la impotencia de ver cambiar tu entorno año a año, secos los ríos y ahora quemados los árboles.


Taller de radiodifusión

Tras el éxito de la radio la primera semana, fin de semana que asistimos la 99.9 sale al aire. Junto a los niños la bautizamos como Radio Changle, 99.9 cachi chen. Los niños futboleros comentan los partidos que han visto en la semana. Vecinos llaman para pedir canciones, las cuales intercalamos con audios de las entrevistas realizadas. Jugamos a la radio y con esto implicamos a más gente con ganas de jugar.


Instalación arte colaborativo

Después de un mes y medio de acciones citamos a la comunidad a una instalación en la que disponemos lo realizado e investigado en una pequeña plantación de pino ubicada en la mitad del pueblo a la que los niños llaman “El Bosque”. Audios de las entrevistas suenan desde los árboles, las vecinas y vecinos asistentes caminan por un sendero con estaciones escuchando memorias de su pueblo, opiniones de los niños sobre la contingencia territorial, mientras descubren decenas de callampas de tela instaladas en la tierra. Al final los niños cantan una ranchera compuesta con ellos y nos sentamos a tomar té y discutir sobre qué hacer con el contenedor que llegará la próxima semana para quedarse en Alto Los Morán.


Habilitación contenedor “Casa Changle” Taller textil y espacio recreativo.

Se define habilitar un taller textil que además tenga un espacio de juego para los niños. Durante dos semanas trabajamos en ello. Instamos a las vecinas a organizarse para su uso. Les proponemos un trabajo colectivo para presentarlo en el próximo Festival Teatro Container en Valparaíso. Nos vamos del pueblo sabiendo que la comunidad aún no está lista para gestionar su propio espacio, que las necesidades individuales, familiares no dejan espacio a lo colectivo. Nos damos cuenta de lo necesario de la etapa 3. Más aún, entendemos que si estos procesos no son parte de una recuperación integral difícilmente irán más allá de la recreación.


Peña Blanca, Pumanque, Libertador Bernardo Ohiggins


Cocina Pública/ Encuentro Arte - Comunidad en Pumanque


Taller de reciclaje textil

Decenas de vecinas transforman fardos de ropa en infinitas creaciones. El taller tiene un éxito sin precedentes. Se corre la voz y día a día acuden más vecinas que deben caminar mucho para llegar pues se trata de un sector rural. Se realizan cuadros de tela con flora y fauna local que abren una nueva dimensión al taller.


Investigación memoria local

Entrevistamos a tejenderas, cantores a lo divino, productores de chicha, vecinas octogenarias. Las casas no han sufrido por el incendio, es el entorno natural el más afectado. Nos percatamos de una rica cultura local de larga data, amenzada por la migración campo ciudad, por la televisión y una débil política cultural por parte del municipio.


Realización Cocina Pública

Concluimos la semana con la Cocina Pública. El clima no es el idóneo, llegan más de cuarenta personas, todos participan en la preparación del salpicón, los porotos con quinoa y la leche asada. Se exponen los trabajos realizados en reciclaje textil.

Sentimos que el tiempo es poco para la riqueza cultural que vive entre los habitantes y sus prácticas agrícolas.

CONCLUSIONES


Sin duda que la relación entre arte y territorio es fundamental para avanzar en la organización comunitaria, en el encuentro social y el diálogo entre vecinos, en el reconocimiento de identidades locales que permitan a los pueblos comprenderse en tanto colectivo, conocer su historia y por lo tanto proyectar su futuro de manera clara y activa.

Las políticas de reconstrucción poco inclusivas solo lastiman más el alicaída autoestima colectiva presente entre los habitantes. Pareciera que es más fácil que cada uno vele por lo suyo, abogue y trabaje por su familia y bienestar individual. En los territorios donde desarrollamos las acciones descritas en este documento, principalmente en Alto Los Morán no hay espacios públicos, ni plazas, ni escuelas, ni canchas, nada es común.

Entonces aparece con mayor evidencia el rol fundamental de la cultura, sus instituciones, artistas, cultores, investigadores y trabajadores en la transformación social del país. Solo desde las prácticas colectivas podremos combatir el individualismo.

Es fundamental que experiencias como esta tengan continuidad para cambiar la lógica eventista desde la que es comprendido nuestro trabajo fuera del ámbito cultural y lamentablemente muchas veces dentro del mismo.

Después de meses de trabajo es posible asomarse a la comprensión de una historia que se repite a lo largo de Chile. La actividad económica de la mega industria como amenaza a modos de vida que conforman culturalmente a los pueblos. La invisibilización de estos modos frente a los ojos del país.

Creemos que es urgente avanzar profundamente en el reconocimiento de las identidades presentes en el territorio nacional.



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